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Tlaxcala es, luego del Distrito Federal, la entidad de la república con menor extensión territorial y futbolísticamente hablando, es parte del grupo de trece estados que nunca han tenido futbol de Primera División, ni un ratito. Además es uno de los estados menos reconocidos de México, apenas se pueden mencionar sobre él que tiene una producción notable de arboles frutales, El Día de Muertos y Los Carnavales, además de una asociación común con el Imperio Tlaxcalteca, que en épocas de La Conquista fue el único que traicionó al Imperio Mexica del Valle del Anáhuac, según la oxidada historia oficial que todos aprendimos en la primaria y que es casi la misma desde hace 70 años (hoy en día ya no hace esa mención específica y se habla de varios Imperios libres que se unieron en contra del de Moctezuma). También tienen el Museo Nacional del Títere, mas eso a nadie le importa.

Pero me estoy desviando del tema. El futbol en Tlaxcala ha sido poco y realmente sólo se distinguen un par de equipos en su historia; el de mayor tradición, Los Lobos de Tlaxcala y un fugaz Guerreros de Tlaxcala más reciente. Ambos tuvieron por casa el Estadio Tlahuícole, ubicado en Tlaxcala, Tlaxcala, que tiene un aforo máximo de entre 5,000 y 10,000 personas (a saber), lleva el nombre de un guerrero prehispánico de las Guerras Floridas y en donde hoy en día se celebran partidos de diversos deporte y conciertos masivos.

Los Lobos de Tlaxcala.

Fueron creados a mediados de los setentas con talento joven, para disputar el campeonato de Tercera División. Recibieron el mote de Lobos y un uniforme verde por el que también se les conocía como el Escuadrón Verde. Los frutos llegaron pronto y en la 78/79 accedieron a la liguilla por el ascenso, dirigidos por René Reyes. Esa liguilla se jugaba con otros 4 rivales, en partidos recíprocos y el mejor posicionado ganaba el ascenso a la Segunda División. El rival más cercano fueron los Leones de Río Blanco, que igualaron a 7 puntos con Lobos, que había ganado 3, empatado 1 y perdido 2. Sin embargo la victoria del 6 de mayo de ese año los puso adelante por diferencia de goles; 10 anotados por 7 recibidos y celebraron en casa la promoción.

Para el reto de Segunda se logró un convenio de cooperación con América y llegó a la dirección Antonio Jasso, ex-jugador de Zacatepec, seleccionado nacional del Mundial de Chile ’62 y hasta miembro del equipo nacional de los centroamericanos de béisbol unos años antes. Sin embargo la temporada no fue exitosa y el acuerdo con las Águilas se echó para atrás. En la 80/81 se tuvo que pedir apoyo del Puebla para que esa institución ayudara en las finanzas y con jugadores jóvenes, aún así la temporada tampoco fue exitosa y luego de la 81/82 el equipo acabó último de la tabla general y descendió, además los dueños no pudieron más con los gastos y traspasaron al equipo al IMSS, que se hizo cargo de él en la recién creada Segunda B.

Con la nueva administración llegaron nuevas instalaciones en el Centro Vacacional la Trinidad y más talento joven, que contaba con experiencia de varios equipos como Oaxtepec y Atlante, que también eran administrados por el Seguro Social. La 82/83 fue la primera campaña en la que clasificó a la liguilla, pero no alcanzó la final. Ese año el IMSS también puso ahí de manera temporal la franquicia de los Tuberos de Veracruz, en Santa Cruz, Tlaxcala. Ese equipo también competía en Segunda B y recibió el mote de Santos, pero tras ese año se mudó a Laguna, para convertirse en el Santos Laguna.

Poco tiempo después el Seguro Social empezó a desprenderse de sus equipos (el gusto duró poco) y finalmente el equipo acabó por descender una vez más a Tercera. Actualmente se mantienen en esa división, jugando en el Grupo III de aquella rama bajo la dirección del también Diputado Local, Facundo Zempoaltecatl. Además el año pasado se creo un equipo nuevo: Águilas del Altiplano, que juega en el Estadio Santa Cruz IMSS y oficialmente se conoce como el Real San Cosme, equipo al que reemplazó y que jugaba en el mismo estado. Como curiosidad los últimos dos clásicos tlaxcaltecas los ganaron los Lobos.

Guerreros de Tlaxcala.

Guerreros.

Antes del Apertura ’03 el equipo de Primera A de Oaxaca, supuestamente dirigido por Grupo Pegaso y que recibía el nombre de Pegasos (aunque la gente mejor les llamaba Chapulines), fue cambiado de nombre a Industriales por apenas dos semanas, pero apareció de pronto en Tlaxcala bajo el mote de Guerreros y fue registrado como filial del Irapuato. Así que de repente el estado tuvo por primera ocasión la posibilidad de llegar a Primera División. El equipo era prácticamente el mismo que competía en tierras huastecas. Esa temporada el Tlahuícole presentó una media de 3,000 personas por partido y hasta lució a tope en ciertos encuentros. El equipo se estrenó jugando como visitante contra el Tapatío y acabó empatando 1-1 en la primera fecha, el primer gol de los Guerreros lo marcó Juan Manuel Guerra, que jugó en Tigres y varios equipos de Primera A. El primer partido como local ocurrió hasta la tercer jornada y el resultado fue el mismo empate a uno, con gol del argentino Christian Morales, para los tlaxcaltecas.

El torneo de los Guerreros transcurrió con muchos empates, su primer victoria llegó hasta la fecha trece, como locales, frente a Tigrillos y culminaron su torneo benjamín al fondo del Grupo Uno, pero evitaron el sótano general que le correspondió a Rivera Maya y Jaguares de Tapachula. Aquella temporada su mejor anotador sería el mismo Christian Ariel Morales, ex de Rosario Central. En el Clausura ’04 regresó el equipo con un poco más de garra y aunque volvió a quedar al fondo de su grupo hizo 20 puntos y quedó en lugar 17 (de 20), evitando el descenso. En esa temporada sus delanteros más efectivos serían el brasileño Ademilson Correa, ex de Botafogo y Josías Ferreira, también carioca, ex de Gremio de Porto Alegre y que había disputado el torneo anterior con Irapuato, ambos con 7 dianas.

Sin embargo el equipo sería mudado otra vez de casa y se convertiría en los Pioneros de Ciudad Obregón (también duraron un año), aún bajo el mando de Pegaso. Tras la desaparición se dio a conocer que además del ya citado corporativo, el accionista principal era un personaje de nombre desconocido, que por igual tenía intereses con el Celaya de la misma división y el Irapuato, de Primera. La Federación nunca hizo más por dar a conocer los datos del dueño, en una entrevista para Señor Futbol, un periodista dio a conocer que se trataba de un empresario de Guadalajara, que siempre se veía con varios escoltas personales y viajaban en camionetas negras de vidrios polarizados, que no se sabía su nombre, era bajo de estatura, usaba gafas obscuras y era conocido por la gente del club como El Señor. Finalmente este individuo misterioso se fue con su gente y se llevó el futbol de Tlaxcala. El último partido que jugarían los Guerreros sería contra Colibríes de Morelos, en un empate a dos , de la última fecha.

Y bueno, ese es todo el futbol que ha habido en Tlaxcala. De vez en cuando Puebla ha jugado partidos en esa ciudad y también, creo, existen las Panteras de la Unión Tlaxcala y Dragones de Tlaxcala, en la cuarta división amateur, que se suman a un equipo llamado Guerreras de Tlaxcala, haciendo representación en el futbol femenil.

Video. Pues no puedo hacer mucho, pero si les interesa he acá un video de los actuales Lobos tirando los penales contra los Avispones de Chilpancingo.

Si te gustó esta entrada, tal vez te guste una similar sobre el futbol en San Luis. ¡Comenten!

Éste es un episodio que ya me habían pedido por ahí, bastante recordado, no sólo por los aficionados de La Franja, sino por cualquiera que haya visto futbol a finales de los noventas.

Trenevski, seleccionado macedonio.

Antes del torneo de Invierno ’98 Puebla dejó el sobrenombre de Ejecutivos y retomó el de Camoteros, aquello luego de que su presidente, el señor José Abed, vendiera la franquicia poblana. El anterior dueño -Abed- era un empresario que se dedicaba con mayor entusiasmo al automovilismo y que pareciera, nunca gustó del futbol, por lo que luego de poco tiempo al frente anunció la venta de Puebla, de la filial de Tampico y hasta avisó su retiró de todas sus actividades deportivas, por cuestiones de edad (a la fecha sigue al frente de la Federación Mexicana de Automovilismo). En el currículo de este personaje, hoy en día, encontramos que fue socio de Vuelamex, una compañía aérea que trató de continuar a TAESA, otra aerolínea que había sido suspendida tras dos accidentes trágicos por falta de mantenimiento y era propiedad de su hermano.

Así que este empresario ejemplar vendió al equipo completo, con todo y jugadores menos uno, Gerardo Rabajda, un portero que había tenido una excelente campaña, del cual conservó su carta durante la negociación pues los nuevos dueños, entre ellos Francisco Bernat (detenido por fraude hace unos meses), no alcanzaban la cifra que pedía Abed por el club y les condonó tres millones de dólares a cambio de los derechos de Gerardo, que pensaba recuperar al vender al uruguayo. Lo único que lograron fue truncarle un año de carrera al guardameta y al que lo suplantó, Alejandro García, que luego de un torneo de recibir los gritos de la afición en su contra (¡Rabajda, Campos o Schumacher!) no volvió a jugar en Primera. El técnico poblano entonces, Raúl Cárdenas, otrora tricampeón con Cruz Azul y campeón con América, había dado recientemente de baja al resto de los extranjeros del plantel durante el cambio de directivas y se fue a Europa Oriental para traer cinco refuerzos del Viejo Continente . Además decidió no adquirir ningún elemento mexicano durante los dos Drafts que hubo aquel verano.

La nueva directiva no tuvo más que presentar a los jugadores europeos y la prensa hasta los apodó como La Quinta Balcánica, entonces se recibió la noticia con cierta expectativa, pues no faltó quien augurara grandes cosas a La Franja, pues recientemente Croacia y Yugoslavia habían tenido papeles por demás interesantes durante la Copa Mundial de Francia ’98. Sin embargo el rendimiento estuvo muy por debajo de lo esperado. Tras seis meses en México, cuatro volvieron a Europa y sólo uno continuó por apenas un año. El equipo perdió 12 partidos y sólo ganó 2, por la mínima. Quedó en el fondo de la tabla general y con serios problemas de descenso, que finalmente cobraron factura al siguiente año. Además se descubrió que cada extranjero percibía alrededor de 20 mil dólares mensuales y se rumoreaba que solo habían sido scauteados por video. Entonces las sospechas recayeron sobre Raúl Cárdenas, que les había traído, versión que confirmaba la nueva directiva. De cualquier forma, parece difícil pensar que aquellas contrataciones se lograran sin el consentimiento de Abed y que no fueran parte de un plan para traer jugadores libres y sacar mayor valor a la venta.

Pero, ¿quiénes eran estos europeos y que tan malos eran?

Milec Knezevc. Nació en Belgrado, Yugoslavia (que luego sería Serbia y Montenegro, actualmente Serbia). Venía del K.S.V Waregem de la segunda división de Bélgica y jugaba en la línea defensiva como lateral derecho. Se esperaba que cumpliera en labores defensivas y se acoplara al ataque, alineó de titular en 4 partidos y durante todos ellos tuvo que ser retirado por lesión, de hecho en los últimos tres no duró ni el primer tiempo completo. Tras su paseo en México se incorporó al SEO de Belgrado, al Spartak Varna de Bulgaria, al Saratov de Rusia y acabó su carrera en el Szczakowianka Jaworzno de la cuarta división de Polonia. Hoy en día es Director Deportivo y de Juveniles del F.K. Internacional de Serbia, un club de futbol/escuela que compite en las divisiones amateurs de aquel país. Acá una imagen actual y hasta su licencia de entrenador avalada por la UEFA.

Dejan Pekovic, También de nacionalidad serbia y nacido en Belgrado, que era la ciudad más grande de la antigua Yugoslavia.  Jugó en el Partizán de Belgrado, fue campeón de la liga yugoslava en la 95/96 y había pasado por el Royal Standard de Liège, el club más exitoso de Bélgica. Era delantero y se esperaba de él suficiente potencia física para desequilibrar, siendo el cambio ideal para alguno de los otros tres atacantes europeos. Y ciertamente entró de cambio por sus compatriotas, tres veces en total, una de defensa (supongo que no podían explicar su posición ideal) y se fue sin goles, pero con dos amarillas que se ganó en tan sólo 135 minutos. Luego del sueño americano se enroló en su primer club, el F. K. Budocnost de Pudgorica, que juega en la First League de Montenegro. Luego pasó por el Apollon de Chipre, el Lombardo de Bulgaria y acabó su carrera en el Szombathely Haladás de la segunda división de Bulgaria. Hoy en día no encontré su paradero, pero creo que probablemente fue confundido por Dejan Petkovic, un serbio que jugó en el Real Madrid, con el mismo éxito que el nuestro en Puebla.

Viktor Trenevski. El único que no era serbio, pero sí yugoslavo. Nació en lo que ahora es la República de Macedonia. Al igual que Pekovic venía de ser campeón con el Fudbalski Klub Partizan, había jugado las eliminatorias previas del Mundial de Francia ’98 para la selección macedonia. Se suponía que sería el alma creativa de Puebla y se le otorgó el número 10, para alinearle detrás de los otros dos delanteros balcánicos. Jugó intermitente la temporada y su equipo perdió 8 de los 9 encuentros que disputó. En el último encuentro de aquel Invierno ’98 por fin encontró ritmo y Puebla empató 2-2, Viktor puso una asistencia y anotó su único gol, de tiro libre. De cualquier modo huyó al final del torneo y se marchó al F.K. Sileks de su país. Siguió algunos años en selección y finalmente acabó en el futbol de Eslovenia, jugando en varios equipos y finalmente en el Nafta Lendava de la impronunciable primera división eslovena. Se retiró hace un par de años y actualmente es una agente registrado de la FIFA.

Aleksandar Janjic. Otro joven de Belgrado. Venía del F.C. Carl Zeiss Jenna de la tercera división alemana y había estado en el RAD Beograd, de Serbia. Al igual que Pekovic y Trevenski surgió de las fuerzas básicas del F.K. Budocnost Podgorica de Montenegro. Se suponía un delantero potente y habilidoso, bueno por arriba, por su altura. Tuvo muchos más minutos que sus compañeros, especialmente porque había que usar los cambios en sus compatriotas, cuando no en él. Sólo se perdió un partido pero completó únicamente la mitad de sus encuentros por agotamiento. Al final de la temporada aportó un gol y una asistencia. De recuerdo se llevó una amonestación. Al regresar a Europa volvió al F.K. RAD y jugó un par de años allá antes de su retiro. Luego estuvo colaborando en el cuerpo técnico del mismo club y actualmente entrena al F.K. Bezanija, de Nueva Belgrado, que compite en la segunda división de Serbia.

Vojimir Sindic. También serbio, era el más desconocido de todos, lo cual es decir bastante. Cuando lo trajeron estaba jugando en el F.K. Hajduk Beograd de la tercera división serbia. Cabe resaltar que en 1992 se había probado sin éxito con el Club Deportivo Logroñés de España, que jugaba entonces en Primera. Sin embargo, fue el más activo y el, digamos, más exitoso. Estuvo dos temporadas en México, lo cual de menos le libró de los bombardeos de la OTAN a Serbia y Montenegro en 1999. Este pelirrojo no se perdió ningún encuentro de la temporada y casi todos desde el once inicial, aunque también había que sacarlo la mitad de las veces, por cansancio. Aprovechó todos esos minutos para marcar dos goles, aunque uno fuera de penal contra Santos. Así estaría Puebla que decidieron quedárselo una temporada más o acaso el no se dejó regresar a las divisiones inferiores de su país. En Verano ’99 salió a la cancha en el primer partido de la temporada, salió de cambio y ya sólo jugaría los últimos minutos de dos encuentros. Uno de ellos el último partido de ese Puebla en Primera División, al entrar por el Coreano Rivera en una desesperadísima táctica del entrenador José Marí Bakero por ganar el partido que finalmente marcó el descenso de La Franja. Sindic fue cortado cuando Puebla resucitó previa compra de Unión de Curtidores y regresó a su tierra, para jugar en el F.C. Jedinstvo de la ciudad de UB, Serbia. Actualmente es Manager de ese mismo equipo, que juega en la tercera división, para un pueblo de 6,000 habitantes.

Cabe mencionar que ese año jugaron 6 ex-yugoslavos en México, contando al verdaderamente bueno Zdenko Muf de Tecos, pues los demás eran unos troncos que no sabían nada de México, que tal vez no aprendieron nada de español y que los que menos tienen la culpa son ellos, que seguro atesoran con cariño su experiencia internacional. En realidad se trata de un caso más de los directivos piratas de nuestra liga, que se aventaron la puntada de contratar a todo un paquete de paquetes.

Video. Que me gustaría más que tener un gol, pero no. Acá un recuento de aquel Invierno ’98, cuando se hace mención a Puebla podrán ver de reojo a Vojimir festejando un gol, nomás.

Píquenle a compartir aquí abajito o no.

Esta anécdota sale de una propuesta de mi estimadísimo Mpicos, que casi se aventó toda la investigación para hacerla.

Nuestro Pelé.

En el barrio le apodaban Pelé, dicen, porque hacía muchas gambetas y tenía un increíble control de balón. Era habitante de la Colonia Moderna, en las cercanías de Tlalpan dentro del Distrito Federal, había jugado futbol toda la vida y se hizo espacio a través del sistema de reservas de las Águilas del América, incluso había recibido llamados a la Selección Juvenil Mexicana y un día de diciembre, durante la primera vuelta de la 91/92, estaba por debutar en Primera División. El rival era Santos Laguna y Carlos Alberto Carrillo Higareda saltó a la cancha de inicio, en la máxima división, por primera y última vez en su vida.

Llegó con la dura labor de suplir al gran Antonio Carlos Santos El Negro, que no estaba disponible para ese encuentro. Jugó 40 minutos más o menos y tras un balón dividido otra joven promesa, ya casi realidad, se quedó con la posesión del esférico. El chico era Ramón Ramírez, flamante convocado a la Selección Nacional, próximo ídolo de Nayarit, que tenía apenas un año de haber debutado y ya era titular con los Guerreros. Decía yo que Ramón había recuperado el balón y cerca estaba este Pelé de fisonomía regordeta y andar muy distinto al de O’Rey, a quien además se le ocurrió la buena idea de tirarse en plancha, con ambas piernas, directo a la rodilla de Ramírez, en una horrible entrada que le costó al susodicho la expulsión, la carrera y a México, una estrella para las Olimpiadas de Barcelona ’92.

Al final del encuentro se dispararon las reacciones: el árbitro (Codesal) dijo que era una lesión cualquiera, de las que ocurren en el futbol. La Federación suspendió al joven hasta nuevo aviso. Los médicos hicieron mal su trabajo en la tibia y peroné de Ramírez que hasta se infectaron y tardaron 9 meses en recuperarse. Los detractores del América apelaron a una maña tramada por el entonces técnico Falcao. Los detractores de Televisa decían lo mismo, porque entonces la FMF y la televisora vivían discutiendo. Los aficionados Águilas se defendían como podían.

Finalmente Ramón regresó, aunque decían que nunca sería el mismo. De cualquier forma su talento lo llevó a dos Copas del Mundo, tres Copas América y a ganar una Copa Confederaciones y un campeonato de liga. Hoy es leyenda. Carlos Alberto Carrillo, por otro lado, se quedó un año sin jugar y cuando volvió al América lo hizo para un partido amistoso de reservas, contra el Tri. En ese equipo se encontraba Ramón Ramírez y aunque dice Pelé que el de Tepic no le guardaba rencor y hasta le perdonó, el encargado de los juveniles no quiso arriesgarse y sacó a Carrillo del juego.

Finalmente continuó ahí, en fuerzas básicas, donde alcanzó la final del Torneo Nacional de Reservas, pero al terminar el torneo fue puesto transferible. Pasó un año y medio sin equipo para recuperar su carta y se marchó al Real Hidalgo de Segunda, donde lo expulsaron dos veces y no volvió a jugar. Luego deambuló en los juveniles de Toros Neza y terminó su carrera en Halcones de Querétaro de Primera A, donde alineó muy poco. Se dedicó entonces a jugar en ligas de aficionados cobrando por partido y hay quien comenta que aún se le ve cascareando en los llanos de la Ciudad de México. Ahí, entre el polvo y las caguamas, nuestros anales del futbol mexicano perdieron a su Pelé.

Acá les dejo el video de aquella lesión:

Este post sale de una idea de David Ricardo, que ni lee el mugre blog, pero bien que opina. (Lo que sea de cada quien, fue buena idea).

La prensa escrita.

Los Cachirules son tal vez, el momento más vergonzoso del futbol mexicano en Copas del Mundo. Tratándose de un país que ha tenido que levantarse de ser el primer equipo en caer derrotado en un mundial, de tardarse 24 años para marcar el primer gol, 28 para hacer el primer punto y 32 para obtener la primer victoria, el escándalo llegó cuando todo parecía haberse superado; se había logrado el sub-campeonato juvenil de Túnez ’77, la Selección Mexicana de Argentina ’78 era la primera en partir con verdaderas esperanzas de victoria y aunque aquello no salió bien y además nos habíamos quedado fuera de España ’82, el desempeño de México ’86, el de Hugo Sánchez en Madrid, así como el de una gran generación de futbolistas, combinados con el gusto de haber sido la primera nación en repetir mundial en casa, parecían augurar un futuro brillante para El Tri.

Pero no fue así. El proceso se retrasó ocho años debido a un problema del que ya todos hemos oído; la FIFA mandó un comunicado advirtiendo a las selecciones juveniles sobre alinear jóvenes mayores a veinte años, en México se armó una selección juvenil con fechas de nacimiento alteradas, luego se regaló a la prensa un anuario oficial que traía las verdaderas, así un periodista -Toño Moreno- se fijó y lo denunció, luego todos empezaron a hacer reportajes y editoriales, finalmente la CONCACAF se dio cuenta y suspendió a la selección sub-20 por dos años. Luego, como acá no se dejaban de vender periódicos por el escándalo, nadie supo bien que hacer y en Zurich decidieron que el castigo lo ampliaban a la selección mayor. México se quedó sin mundial, sin olímpicos y con harto resentimiento.

Si la culpa es de la prensa, de la federación mexicana o la internacional, no viene al caso. El episodio ya se ha analizado varias veces y en junio de cada año que termine en ocho se hará un nuevo reportaje y se entrevistará a los federativos, que nunca dicen gran cosa, a los periodistas, que siempre hablarán de responsabilidad periodística y a los jugadores, que dirán que ellos eran muy chicos y que además, era una práctica de lo más común. Pero hay algo que yo si quiero rescatar; ¿Qué fue de esos 4 que oficialmente fueron cachados como cachirules?

Esta era la alineación titular del Cachirulazo.

Aurelio Rivera Bueno El Coreano: Fue el que tuvo la carrera más larga de los cuatro, incluso merecedora de un post aparte. Había debutado un año antes del escándalo en Tampico, en la 86/87 y ya empezaba a ganarse un lugar en el equipo titular. Tenía ya 23 años cuando jugó las eliminatorias para Arabia Saudita ’89 y era el capitán de la juvenil. Luego del cachirulazo regresó a La Jaiba, en donde continuó jugando por una temporada más. Consiguió luego su traspaso a Cruz Azul donde fue constante en la defensa durante dos años, hasta la 90/91. De ahí pasó a Puebla y en su primer año se consolidó como central, incluso llevando la banda de capitán de vez en cuando, acompañando al equipo hasta la final contra León, que lamentablemente perdería La Franja, en tiempos extras, con autogol del mismo Coreano y gol de Carlos Turrubiates.

En Puebla ganó una final de CONCACAF en la 91/92 y siguió siendo titular hasta la 93/94, cuando lesionó a Missael Espinoza por una fuerte entrada mañosa que le costó casi un año de suspensión. Luego de aquel incidente regresó al equipo y volvió a ser considerado, hasta la 95/96, cuando a mediados de la temporada atropelló a dos maratonistas mientras iba conduciendo en estado de ebriedad, por lo que fue enviado a la cárcel por casi dos años y aunque durante su tiempo en prisión era ridículamente ofrecido en el Draft, después de cumplir sentencia logró reincorporarse al Puebla de cara al Invierno ’97. Allá siguió jugando hasta Verano ’99 y para el próximo torneo reforzó a los Lobos BUAP, en donde se retiró al final del Verano ’01. Desde entonces ha colaborado en el Instituto del Deporte de Puebla, ha sido director técnico de Alacranes de Durango (1raA) y Ángeles de Comsbmra (2nda), auxiliar técnico en Guerreros de Tabasco (3ra) entre otros cargos como estratega, todos ellos enlistados como masajista o utilero, pues no tiene las credenciales correspondientes.

José de la Fuente Guzmán. Tenía 22 años durante las eliminatorias, había debutado en la 86/87 para Rayados de Monterrey, aunque había jugado pocos partidos en la defensa. La 88/89 fue su mejor temporada, disputando 20 encuentros, pero para la 90/91 tan sólo vio acción cuatro minutos, sin embargo en ese tiempo logró disputar cuatro clásicos regiomontanos, en los que Rayados ganó dos, perdió uno y empató otro. En uno de ellos salió expulsado aunque el partido lo ganó Monterrey 3-1. Durante su estadía allá le apodaban el Chorro y su hermano, Mario de la Fuente Guzmán, también tuvo un paso breve por el futbol. Luego de esa última temporada anduvo de regreso en inferiores y finalmente se quedó sin equipo. Actualmente no se le ha visto vinculado al futbol.

José Luis Mata Santacruz. Llegó directamente al Atlas en 1985 de donde saltó rápidamente a los entrenamientos del primer equipo, pasó un año por el Tepic de Segunda División y regresó para debutar en la 87/88 jugando algunos minutos. Tenía también 22 años cuando les descubrieron las actas de nacimiento apócrifas. Al regresar a Guadalajara continuó su ascenso y en la 88/89 logró marcar su primer gol contra el Atlético Potosino. La 89/90 fue su campaña más activa y marcó 5 goles en 30 juegos, aunque no logró consolidarse en la delantera. Siguió jugando con Los Zorros hasta la 92/93 y después pasó por Pachuca en la Segunda División, aunque allá tampoco logró impactar debido a las lesiones, por lo que finalmente optó por retirarse. En esos días se ganó un apodo que aún conserva: El Cachi, por obvias razones.

Luego de su retiro regresó a Atlas, en calidad de visor. Entrenó en varias divisiones inferiores de Los Zorros y completó el curso de entrenador, su experiencia en la dirección técnica lo llevó a dirigir en Querétaro (1raA), Cuervos Negros de Zapotlanejo (2nda) y el Mérida, también de Segunda División, donde ganó el ascenso a Primera A. Luego de aquellos equipos regresó a Atlas, en donde ha dirigido a Académicos, ha sido Auxiliar Técnico e incluso fue Técnico Interino y debutó en el máximo circuito antes de la llegada de Benjamín Galindo. Esta temporada se mantiene entre el plantel de entrenadores.

Gerardo Jiménez Cantú. Era uno de los más talentosos juveniles, tenía pasados los 20 años cuando ocurrió el desastre, incluso había anotado el último gol con el que la Sub-20 se ganó el boleto al Mundial de la especialidad. La carrera del Shaggy empezó también en Rayados de Monterrey, cuando decidió dejar la carrera de medicina para jugar en las inferiores. Ahí debutó en Primera durante la 86/87 aunque sólo disputó un partido contra Atlético Potosino. La siguiente temporada ganó algunos partidos más y luego del escándalo continuó su desarrollo, jugando de cambio, e incluso marcándole un gol al América.

Así continuó en Monterrey hasta la 93/94, que fue su mejor temporada, pues disputó 14 juegos como titular, otros 10 como cambio y respondió con 3 goles. Ese desempeño le ganó un lugar para reforzar al Tampico en la 94/95, aunque allá no dio los resultados que se esperaban y tras ese único año recaló en Pachuca, de Primera A. Con Los Tuzos tampoco encontró suerte y se fue cedido al extinto Atlético Hidalgo, donde también duró una temporada y después paró un año. Intentó volver con los Correcaminos UAT, pero jugando en Victoria se lesionó del pubis y se quedó fuera otro año. Antes de retirarse, en 1998, entrenó con Coyotes de Saltillo, pero optó por dejar el futbol por la paz.

Después del retiro fue invitado a un torneo mundial de reservas y de ahí pasó a las inferiores de Rayados, donde se encargó de la Sub-17 que disputó la Copa Dallas. Luego se fue a Cobras de Ciudad Juárez, también al mando de las reservas y después de la aventura fronteriza regresó a Rayados de Primera A, donde ha sido Auxiliar y Director Técnico. También debutó como interino en el máximo circuito durante el Apertura ’07, pasó por Veracruz en la Liga de Ascenso y actualmente conforma el cuerpo técnico de los Xoloitzcuincles de Tijuana, que bajo la dirección de Joaquín del Olmo defienden este torneo su corona de campeón del Apertura ’10 y su medio boleto a la Primera División.

El Coreano llegó a ser imagen del Puebla.

 

Video. No supe insertarlo, jeje. Les dejo un reportaje payaso y mamón de ESPN, que parece que dirigió el cuate que hacía Misterios Sin Resolver. Lo interesante son los primeros segundos, en los que se ven algunas imágenes del último partido que jugaron antes del castigo y el gol de Gerardo Jiménez.

Hay que hacer click acá para ver la primera parte.

Y acá para ver la segunda.

Los Campesinos.

Eh aquí un club que ya me habían pedido los lectores, especialmente el buen Gorubu. En Querétaro el futbol profesional data de los cincuentas, desde entonces ha sido un ir y venir de equipos, nombres, motes y jugadores. En la década de los setentas, con la reciente creación de la Segunda División llegaron a la ciudad dos equipos para esa liga; Los Gallos Blancos de Querétaro y los Estudiantes de Querétaro. Los primeros recibieron su mote por la bravura con la que enfrentaban sus juegos y los segundos por haber sido creados por alumnos de la Universidad Autónoma local. Ambos cuadros congraciaron afición y expectativa, por lo que un empresario local, dueño de una compañía de maquinaria para el campo, adquirió ambas franquicias para mezclarlas con la intención de crear cuadros más competentes.

Y ahí empezó la aventura, Los Campesinos habían remplazado a los Estudiantes y Los Industriales a Los Gallos, la afición se dividió y por momentos no sabían si les agradaba el movimiento. Los resultados sin embargo empezaron a llegar, para la 78/79 Los Atletas Industriales jugaron el cuadrangular por el ascenso y se quedaron a un punto de la final por la categoría, que finalmente disputaría el Club Deportivo Cuatla contra Atlas. Los Académicos, que habían perdido la categoría un año atrás, la recuperaron y desde entonces no han vuelto a caer.

La siguiente temporada fue mejor para la ciudad de Querétaro, mezclando e intercambiando otra vez sus jugadores (¿a quién le recuerda eso un poco a Televisa?) fueron los Atletas Campesinos los que esta vez accedieron a las instancias finales y libraron el cuadrangular contra Tepic y Nuevo Necaxa (que no tenía que ver con los Rayos) estrenando técnico en la figura de La Tota Carbajal, logrando además acceder al partido grande contra los también extintos Osos Grises del C.D. del Estado de México. El encuentro de ida terminó empatado a ceros y el momento parecía adecuado para los Osos, que sólo habían perdido un encuentro en la temporada. De cualquier manera Los Atletas salieron con todo al partido de vuelta y ganaron 2-1, con goles de Carlos Cerritos y Jorge Gaspar, el cuadro mexiquense incluso falló un penal a favor.

Los Industriales, con flash.

Así ascendió por primera vez un equipo queretano al máximo circuito, disputando la temporada 80/81 como equipo benjamín. Al terminar ese mismo año desaparecieron sus hermanos, Atletas Industriales, luego la Federación decidió otorgar la plaza que dejaron a la Universidad Autónoma de Querétaro para que combinara las franquicias desaparecidas en los Gallos Blancos de la UAQ que jugarían en Segunda. Los Atletas Campesinos, por su parte, empezaron con el píe izquierdo, el dueño pretendía incluir la marca de sus tractores en el logotipo, según él emulando a Cruz Azul,  por lo que se metió en pleitos con los federativos y acabó pagando multas, al final el empresario vendió el equipo al entonces dueño de Coyotes Neza. Además el técnico campeón, El Cinco Copas, no se animó a dirigir en primera y entró por él Jesús Trelles.

Por el lado deportivo el equipo no comenzó mal, fichó grandes nombres como Ítalo Estupiñán, Leonardo Cuellar, Walter Gassire y Ricardo Brandon, entre otros. El conjunto de estas estrellas con la base joven no dio malos resultados, debutaron ganando contra Neza y luego siguieron doce partidos sin ganar, aunque finalmente se salvaron del descenso al quedar arriba de Atlas y Unión de Curtidores. En aquella liga lograron vencer a Atlas, Pumas, América, Tigres y Leones Negros, además de golear al Puebla 5-0 en el que sería su mejor resultado histórico. En palabras del propio Leo Cuellar, sobre esa temporada:

Como en Estados Unidos sólo se jugaban seis meses, teníamos recesos, y al término de eso me pidieron que viniera a reforzar al Atletas Campesinos. Junto con (Italo) Estupiñan, Walter Gassire y otros, nos venimos y empezamos a sacar un punto aquí y un punto allá y salvamos al Campesinos». (Reforma 17-12-1998).

En Primera.

La siguiente temporada mantuvo la base, incluso Cuellar regresó para jugar de tiempo completo y continuó en las riendas de Roberto Matosas, que había remplazado a Trelles desde la racha negativa. La fanaticada se consolidó y el club llamaba la atención de aficionados a otros equipos, por el carisma y esa sensación de caos victorioso en la que se mantenía el equipo. Lograron hilar cinco partidos invictos al principio de la temporada y luego otros once, ganaron varios encuentros, golearon al León por cuatro, se mantuvieron lejos del descenso y de haber estado en otro grupo (sector) se hubieran calificado a la liguilla, de la que se quedaron fuera por un mísero punto.

Aún con esa temporada que invitaba a soñar el equipo no se salvó. El país en sí estaba sumergido en crisis y la escuadra se perfilaba para desmantelarse al final de la temporada por los costos, salieron los mejores jugadores y finalmente el Tampico, que había descendido esa misma temporada (perdió la promoción contra Atlas) y era manejado por el Sindicato de Petroleros, ofreció comprar la franquicia para fusionarla con El Club Madero y crear a la Jaiba Brava del Tampico-Madero. El último partido jugado fue igual que el primero, contra Coyotes Neza en la última fecha de la 81/82.

A principios de los noventas el karma cobraría aquella deuda y los Gallos Blancos de la actualidad despojarían de equipo a los costeños, pero el famoso tractor no regresaría a las canchas. Sin embargo Los Atletas Campesinos* viven aún en la memoria de los queretanos, en la de una banda de Reggae mexicano (que curiosamente tocan junto a otra que se llama Leones Negros), en los nombres que saltan a las conversaciones curiosas sobre futbol mexicano, en un equipo de la Liga Amateur y sobretodo, en Glorias Pasadas.

*De los Atletas Industriales ya nadie se acuerda.

El Video se queda pendiente, pero les voy a conseguir uno bien cachetón, van a ver.

Anécdotas: Dante Daniel Martínez.

Publicado: 24 diciembre 2010 de Damián García en Anécdotas, Futbolistas, Rayados, Tigres

¿Que quién es Dante Daniel Martínez? Un padre de familia, trabajador y hombre de negocios -como muchos de nosotros- oriundo de Monterrey y lector de éste, su humilde blog. A diferencia de la mayoría de los asiduos futboleros que acá compartimos, él estuvo poco más cerca al futbol que aquí gustamos recordar, pues jugó en fuerzas básicas de Monterrey, en tercera división profesional con los Tigrillos UANL, en selección juvenil mexicana y hasta tuvo experiencia en el extranjero. Hoy se anima a contarnos un poco de esas Glorias Pasadas que él vivió, con la experiencia de un profesional, la sinceridad de un lector y la curiosidad de un aficionado.

¿En dónde naciste? En Monterrey, Nuevo León.

¿A qué edad empezaste a jugar futbol? ¿De niño jugabas otros deportes? A los 8 años, en un gran equipo de mi barrio que se llamaba el Inter-Inglés, ahí ganamos muchos campeonatos regionales. El futbol fue el único deporte que llamó mi atención.

¿Cómo llegaste a fuerzas básicas de Monterrey, te habías probado en otro equipo antes? Fue mi primer equipo, llegué por unos amigos que jugaban conmigo, ellos ya estaban en fuerzas básicas de Rayados y me animaron a probarme, el profesor José Ledezma (ex-jugador de Monterrey en los setentas) me dio la oportunidad, antes de eso represente varias veces a Nuevo León en torneos nacionales a nivel escolar

¿Qué posición(es) jugabas? En Rayados jugué de medio izquierdo, soy zurdo natural.

¿Cómo llegaste a la selección juvenil? Tenía apenas un mes de haber sido aceptado en Monterrey, en ese entonces se presentaron Alfonso El Pescado Portugal y Juan de Dios del Castillo a las instalaciones de Válvulas de Calidad de Fuerzas Básicas de Rayados, para dirigir visorías con fines de formar la selección sub-20, en esas pruebas participaron jugadores de equipos regionales como Tigrillos, Vaqueros y Coyotes de Saltillo, entre otros. Me escogieron junto a dos compañeros más.

Participaste entonces en el proceso rumbo al mundial de Portugal ’91, ¿jugaban partidos internacionales? Sí, en México jugamos con equipos de Primera División y otras selecciones como Estados Unidos y Guatemala.

¿Cómo es el ambiente en las selecciones juveniles, ¿había jugadores que ya hubieran debutado en Primera? Creo que sí, por citarte algunos; Héctor Hernández, Gustavo Gaytán, Luis Felipe Peña, Damián Álvarez, Mauricio Gallaga, Manuel Martínez, Pedro Pineda y Filomeno Díaz.

Jugadores como Isaac Terrazas o tú mismo se quedaron en el camino a ese mundial¿te pareció que la lista final fue justa? Como siempre en nuestro futbol existe demasiado favoritismo, a los que llegamos de provincia nos cuesta el triple de trabajo ganarnos un lugar, al igual que pasa en la selección mayor, pues al mundial de Sudáfrica 2010 no fue convocado ningún jugador del campeón Monterrey.

Alfonso Portugal fue técnico de equipos de Primera División y antes de eso campeón con América, ¿esas vivencias  las compartía para ayudarles en el proceso como futbolistas o era simplemente la experiencia que le daban la razón de mando? Sí las compartía, pero pasaba algo curioso, era su auxiliar Juan de Dios del Castillo quien tomó todo el liderazgo del proceso.

 

La Sub-20 rumbo a Portugal '91. Les invito a buscar a gente como El Matador o Pedro Pineda.

De ahí a E.E.U.U, ¿cómo fue el paso? Con Rayados disputé un juego de reservas en el Tec de Monterrey, ahí un promotor me invitó a jugar en Estados Unidos en la ciudad de Austin, Texas , con un equipo semiprofesional que se llamaba Austin Flyers.

¿En que liga jugaban? En la liga nacional de la  United States Youth Soccer Association (liga que se mantiene hasta el momento a nivel nacional), que era una liga de formación, fue año y medio antes que se fundara la MLS, en ese tiempo la liga profesional más fuerte era la MISL (Liga de salón), nosotros jugabamos en la Universidad de Austin.

¿Cuánto tiempo jugaste allá, en que posición quedaron? Jugué dos temporadas, siempre quedamos en las primeras posiciones, ¡pero nos eliminaban en las finales!

En esa época apenas se empezaba a dibujar lo que es la MLS actual, ¿qué tal era la vida para un futbolista extranjero y la recepción con el público? Me tocó alojarme con estadounidenses, me trataron de maravilla, solo sufrí un poco con los alimentos pero a ellos les encantaba la idea de que llegaran jugadores mexicanos. El americano en ese entonces empezaba a apasionarse mucho por el futbol, lo que más me sorprendió fue el talento y la pasión por jugar de las mujeres de allá, que empiezan desde muy niñas a jugar futbol.

En tu experiencia ¿qué tal se comparaba el nivel de ese país con los equipos y la competencia que tuviste en México? En México se juega como lo hace el futbolista latino, una combinación de técnica y buen trato al balón, en Estados Unidos en esa época se acostumbraba el juego de fuerza, rudeza y demasiado contacto físico, muy diferente a lo que vemos en ellos actualmente, ¡han avanzado una enormidad!

¿Conociste a más mexicanos que jugaran en los E.E.U.U.? Sí, pero la mayoría ya radicaban en Estados Unidos, de hecho había jugadores japoneses, italianos, colombianos y africanos.

¿El idioma es una barrera? ¿Aprendiste o sabías inglés mientras estabas allá? No lo fué, siempre me ha gustado el inglés y lo entiendo en un noventa por ciento aunque no lo hablo tanto, pero siempre tuve buena comunicación.

¿Tuviste más ofertas en E.E.U.U? Estando allá conocí a un promotor yugoslavo que me quería llevar a jugar a Los Angeles California, pero mi madre Q.P.D. y como toda mamá del mundo estaba angustiada, por lo que me pidió que regresara a Monterrey.

Luego de aquella experiencia en el extranjero, ¿en que equipo jugaste? Entré directamente a Tigrillos.

¿En fuerzas básicas es común haber jugado en los dos equipos grandes de Monterrey, ¿hay carrilla por eso? (Jeje), sí, cuando llegué a Tigrillos fue para probarme y me quedé, aunque a muchos de los que ya estaban ahí no les gusto, de hecho, apenas en el segundo interescuadras que jugué me lo dejaron saber con una entrada bastante dura, incluso me lastimaron los ligamentos de la pierna derecha.

¿Qué tal eran jugadores como Javier Lozano, Marco Antonio Ruíz o David Oliva en ese entonces? Eran grandes jugadores, El Chima Ruiz ya estaba en el primer equipo, Javier Lozano y David Oliva jugaron conmigo en Tigrillos, se entendían a la perfección en las jugadas. Lozano, a pesar de su físico, jugaba de maravilla, era increíble ver lo que hacía con el balón.

¿Qué tan fuertes son los entrenamientos en un equipo de Tercera División, había jugadores mayores? Nuestro entrenador era el uruguayo Federico Díaz, nos ponía entrenamientos muy duros en de montaña, gimnasio, etc… En ese tiempo se permitían hasta tres jugadores mayores.

¿Tienes alguna anécdota de Tigrillos? Si no mal recuerdo en un partido de final interzonas, en Valle Santiago, Guanajuato, el arbitro del encuentro fue totalmente localista, hizo lo que quizo (o lo que le dijeron que hiciera), expulsó a tres de los nuestros, repartió varias tarjetas amarillas, se burló de nosotros, nos echó encima a la afición con su actitud y sobre todo nos cortó el sueño de disputar el ascenso a Segunda División. Fue un partido muy intenso, creo que ese día pudo haber terminado en tragedia.

¿Cuántas temporadas disputaste en el campeonato de Tercera División? Tres temporadas.

¿Quién fue el jugador rival que más problemas te dio? Varios. En Tigrillos también jugué de central libero, ¡tuve mucho roce con los delanteros!

¿Qué tal se combina el estudio con el futbol en esas instancias, estudiaste mientras jugabas o después? Estudié todo el tiempo durante mi estancia en Tigrillos, nos exigían que cumpliéramos con la escuela, ahí combiné el entrenamiento con la preparatoria y la facultad (Contabilidad y Auditoría) llegó después.

¿Porqué escogiste esa carrera? En la Universidad me ofrecieron una beca deportiva para estudiar y todos mis compañeros de equipo estaban en contaduría, fue por eso.

¿A qué te dedicas actualmente? Con mi familia tenemos un negocio dónde comercializamos productos para snacks.

¿Cuándo decidiste colgar los botines profesionalmente? Cuando perdimos aquella semifinal en Valle Santiago, pues me desanimé mucho. Después estuve cerca de viajar a Guadalajara para hacer pruebas con el Atlas, pero decidí pasar, porque conseguí la oportunidad de laborar en una importante empresa cervecera de Monterrey, gracias a algunos contactos del futbol, y preferí esa opción. Incluso ya laborando ahí recibí una última oportunidad, cuando me ofrecieron un contrato en Tijuana para jugar en la Segunda División, aunque igualmente opté por dar las gracias.

¿Sigues jugando futbol? Actualmente juego en la PROFUSOC*, una buena liga de Monterrey (*Es una liga amateur en Monterrey, de muy alto nivel y varias divisiones, en la que incluso jugaron profesionales como Tomas Boy, Gerónimo Barbadillo o Aarón Gamál).

¿Si pudieras, cambiarías algo de tu experiencia en el futbol? No, nada, fue fantástico, el futbol me dio amigos, relaciones, salud (física y mental), además de que me formó como persona. Mis recuerdos desde niño hasta que dejé de jugar futbol profesional son maravillosos, simplemente el futbol es lo máximo.

¿Conservas amistades de aquellos tiempos? Sí algunos, pero casi con todos había una gran comunión.

¿A qué equipo le vas actualmente? Obviamente a mis Rayados, de Europa me gusta mucho el Barcelona.

¿Tienes hijos, sobrinos o familiares menores que se dediquen a esto?, ¿qué les dices? Mis sobrinos ni a las canicas juegan (jeje), cosa rara, porque tengo tres hermanos mayores que eran muy buenos para el futbol, por otro lado a mi hijo Diego Ivan apenas lo estamos enseñando, apenas tiene 6 años y espero que le guste tanto como a mí.

Por último y para cambiarle, ¿Tienes algún grupo(s) de música favorito(s) o alguna canción que quieras compartirle a nuestros lectores? Me gusta mucho la música en inglés, especialmente el  rock clásico de los ochentas, escuchen Just The Way You Are, de Billy Joel.

Pues así, siguiendo la recomendación, los dejo con algo del romántico y clásico Billy Joel de finales de los setentas. Espero que esta entrada haya despertado la curiosidad de quien, como yo, lo más cerca que estuvo de la Primera División fue disque-jugando en unas de esas pruebas que cobraban por entrar a cualquiera y luego no te dejaban jugar si llegabas sin espinilleras en regla (¡ah!, esa juventud impresionable).

¡Comenten o canten!

Vintage: ¡A segunda!

El post de hoy sale a pedido expreso de nuestro buen lector Destructor Auriazul, que ya me corregirá si omito o confundo alguna cosa. En San Luis Potosí hay futbol profesional desde los cincuentas y ha sido una cosa tan complicada, entre un ir y venir de equipos, que incluso el actual San Luis F.C. ha decidido que ellos son la versión actual de todos, al mismo tiempo. Sin embargo, para ser una población más o menos joven en el futbol, la ciudad ha albergado una final y hasta dos clubes del máximo circuito, en la misma temporada, jugádose un par de derbies, como les dicen en el Reino Unido o España.

La cosa empezó en 1957, en el Estadio 20 de Noviembre, tras un permiso que pidió la UNAM para ausentarse de la competencia de Segunda División por reajuste administrativo (los Pumas habían sido creados apenas tres años antes, junto a un equipo del Instituto Politécnico Nacional que desapareció muy rápido), así el debut oficial de la Trinca Tunera de San Luis sería en la 57/58 en la Segunda y duraría un suspiro, hasta la 59/60, pues para el año siguiente la franquicia sería vendida a Tampico.

En 1967 un equipo bautizado como Club San Luis F.C. y conocido por el mote de Auriazles ingresó a Tercera División y para 1971, como campeones de Segunda División, ganaron el ascenso al máximo circuito por primera vez para un club en el estado de la Huasteca Potosina. Esa aventura también les duró poco, pues luego de ganar su primer juego (un 4-0 contra Atlante) y conseguir una racha de 10 partidos ganados, acabaron como 12avo y 14avo calificado en sus primeros años. Aún así tras cambiarse el mote a Santos, en la 73/74 ya no pudieron evitar quedar últimos y jugarse un partido de promoción contra La Ola Verde del C.F. Laguna, que perdieron por 2-0 en el global.

Aún así el estado no se quedó sin representante y para la 74/75 debutó el Atlético Potosino, que había sido creado apenas en la 72/73 de la Tercera División bajo el nombre de Pumas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que rápido había ascendido a la Segunda y desde ahí había sido invitado a aumentar el número de participantes de la Primera a 20, siendo acompañados por la Unión de Curtidores. Con el ascenso administrativo vino el cambio de mote y de Pumas (porque ya había otros) pasaron a ser Cachorros.

Los ochentas.

A ese equipo le fue mejor que sus predecesores, aunque el primer año, aún con figuras como Tomas Boy, quedaron en el lugar 17 de la tabla y para la 75/76 fueron el peor clasificado, teniendo que jugarse un partido de permanencia contra Atlante. Mientras tanto Santos de San Luís se había reforzado con jugadores como Jaime Pajarito y el técnico El Tanque Miloc para devolverles la categoría, que consiguieron tras el campeonato de Segunda en la 75/76. Así la ciudad estaba a punto de intercambiar equipos de nuevo, pero unos días después del triunfo de Segunda División los Auriazules ganaron con global de 3-1 al Atlante y mantuvieron la categoría.

La 76/77 fue la única temporada del Derby Potosino y se jugaron dos partidos en el Estadio Plan de San Luis (casa de ambos). El primero quedó 0-0 y el segundo lo ganó el San Luis 2-0, con goles de Herminio Céspedes y Juan Ramón Ocampo. Al final de esa liga el único que clasificó a la liguilla (por vez primera) fue el Atlético y dicho clásico se volvería a repetir nunca, pues antes de que la gente del Potosí decidiera si era santista o cachorrista, la primer franquicia fue vendida a mejor puerto, el Tampico, para ser exactos. Varios jugadores como el goleador Ricardo Mendoza, el mismo Ocampo o Pedro Medina tuvieron el honor de defender ambas casacas en la liga máxima.

Los Cachorros se mantuvieron algún tiempo más en Primera y en la 81/82, con gente como Raúl Arias, Osvaldo Pata Bendita Castro, Nelson Sanhueza y Nery Castillo (padre) el Atlético tuvo una de sus ligas más promisorias, con Alberto Guerra -campeón con Chivas en 86/87 y aún más importante, papá de la guapísima Ely Guerra– en la dirección técnica, aunque la liguilla se quedó lejos y al siguiente torneo muchos abandonaron la institución. El año entrante regresó a la fase final, sin embargo salieron por un estrepitoso global de 6-0 contra América, que finalmente fue campeón contra Cruz Azul, luego de una semifinal de Clásico Nacional.

Así el equipo empezó a viajar por un triste vaivén de administradores, dueños y jugadores que dejaron a la institución al borde del descenso por dos temporadas y que luego tuvieron la suerte de evitarlo cuando se abolió el mismo entre el ’85 y el ’86, por cuestiones mundialistas. Para la 87/88 el club tuvo un repunte y se quedó a pocos puntos de la liguilla, aunque casi los desciende la UAT, que ya al borde del descenso ofreció primas al Atlante, para ganarle al Puebla y cambiar su destino, lo cual no logró.

Los noventas y un arreglo floral.

Pero el cambio no fue permanente, para la 88/89 hubo problemas económicos, adeudos y hasta un castigo al Estadio Plan de San Luis durante ocho fechas que se tuvieron que disputar en el Municipal de Celaya. Al final fueron el último lugar de la tabla y esta vez no hubo partido de promoción ni equipo que subiera de Segunda. Un par de años luego de aquello, en la 90/91 el equipo fue vendido a, una vez más, el Tampico. He aquí una repetición de hechos tan consistente que el autor del blog sólo se explica inventándose que la gente Tampico y San Luis entiende la frontera nacional que les divide como un invento de la modernidad republicana y se consideran del mismo estado.

Durante el resto de los noventas reapareció el Santos en Tercera, se brincó a Segunda B cuando se inventó ésta, se cambió el nombre a Real San Luis, se fusionó con otro que se llamaba Atlético San Luis, pasó a Segunda, vivió el cambio de nombre de esa división a Primera A y estrenó estadio (que dejó atrás los nombres revolucionarios para decantarse por el de Alfonso Lastras).

En el Invierno ’01 llegó Televisa a escena, que recién había perdido a Halcones en el abismo de la Segunda y necesitaba filial. Así, con jugadores de experiencia en Águilas y Necaxa como Edwin Santibáñez o Marcelo de Faria y el siempre subestimado Cabezón Luna en la dirección técnica, la escuadra tunera regresó al máximo circuito, cambiando de nombre una vez más por el de Club San Luis. En el Apertura ’02 se reestrenaron contra Querétaro, una ciudad que también ha cambiado de equipos y categoría varias veces, por lo que ese San Luis-Gallos era, aunque usted no lo crea, un importante clásico regional que no se veía desde los ochentas.

En 2005 la franquicia descendió una vez más, pero la agonía duro lo mínimo y tras un año en Primera A regresaron a la élite, jugaron su primera y deseada final en Clausura ’06 -una de las más aburridas que se han visto- contra Pachuca,a compañados de Arias en el banquillo. A la fecha se mantienen, jugando bien, disputando Copa Libertadores y reviviendo jugadores que América ya daba por muertos, pero que usualmente encuentran la calma y el futbol a las faldas de la mística Huasteca. Ahora prefieren llamarse Gladiadores y por si las cosas se llegaran a complicarse, en la Tercera División juega un equipo llamado Cachorros del Atlético Potosino, por si se ocupa relevo.

Acá un partido en el viejo Estadio Plan de San Luis, contra Irapuato, otro clásico de la región huasteca-bajío que se festejaba con cohetes y un estadio lleno.

¡Comenten! (Próximo equipo: Atletas Campesinos)

Previo al torneo de  Invierno ’99, los Toros de Neza soltaron una verdadera bomba de las contrataciones. El 9 de julio de ese año a bombo y platillo, la directiva roja anunció que vendría a jugar en México el campeón mundial de USA ’94, uno de los cinco mayores romperedes de la selección de Brasil, Pichichi de España en la época del Súperdepor (1993), campeón de Supercopa de España (1995), campeón de Copa América (1989), máximo goleador de la serie A brasileña (1992), doble medallista olímpico, campeón del mundo juvenil y hasta campeón de Copa Confederaciones (1997). Se trataba del mítico José Ricardo Gama de Oliveria, mejor conocido como Bebeto, quien a punto de terminar su carrera en Botafogo de Brasil fue convencido, tras dos meses de negociaciones, de mejor hacerlo en la liga mexicana vistiendo la playera del equipo sensación, que recientemente había perdio a su máximo ídolo, El Turco Mohamed.

El contrato se había cerrado por dos años y cuatro millones de dólares, pero el debut empezó con el píe izquierdo, Bebeto llegó 10 días tarde al entrenamiento, apenas tres noches antes de comenzar la liga y se perdió el pletórico debut que tenía preparado el calendario contra América. Lo haría un fin de semana después, contra Necaxa y su basta experiencia no lograría evitar que el equipo cayera por tres goles a uno, acercándolos al temido descenso. La directiva, que tenía igual o más miedo, decidió recortar salarios, imponer castigos y pelearse con todo mundo, por lo que el ambiente del equipo estaba más o menos del carajo y Bebeto, que venía de mejores cosas, se quejó y les recordó que habían faltado a la promesa de traer a otros dos ex-seleccionados cariocas y que así, no se podía.

El histórico delantero jugó el siguiente partido, una goleada que les propinó el Atlas de cinco goles a cero y luego de ese encuentro se lastimó la cadera, debido a una lesión congénita que tras años de bagaje internacional nadie había notado (¿?). Se perdió cuatro partidos, se asustó con un temblor que no tuvo pérdidas humanas ni daños considerables, sufrió un intento de asalto en la avenida Zaragoza (del que se salvó porque Germán Arangio llegó a protegerlo con un gas de defensa personal) y estaba totalmente consternado por su vida y la de los suyos.

En ese periodo de máxima tensión la directiva terminó por prometerle cumplir su contrato peso por peso y entonces la lesión de la cadera desapareció, aceptó los peligros de la ciudad y reapareció en la cancha con un gol, que nada más sirvió para mejorar la estrepitosa derrota de seis a uno contra Toluca, aunque el resto del equipo mantenía problemas económicos con los dueños. Antes del juego contra Pachuca intervino la federación, pues Bebeto había solicitado con caracter de urgente la intervención de FIFA y CONCACAF, así que de un día a otro los malentendidos se resolvieron. Bebeto jugó su mejor partido y puso el pase de gol para que Neza venciera uno por cero.

Al siguiente encuentro otro pase de gol y una anotación del astro brasileño volvieron a ser inútiles en un partido que Tecos ganó tres a dos. Luego de aquel juego volvió a reclamar sueldos caídos por un mes y se negó a viajar para el siguiente partido, aunque finalmente sí apareció contra Santos, pero tras disputar los noventa minutos sin eventualidad alguna se lesionó del tobillo y durante la semana fue separado del plantel. Esa sería la última vez que Bebeto vistiera la playera escarlata. Regresó al equipo tres partidos después, cuando la federación obligó a Toros Neza a pagarle su sueldo integro hasta diciembre (900,000 dólares) pero no volvió a jugar. A los demás les pagaron lo que pudieron. Bebeto se fue del país al finalizar el año con 8 partidos jugados, 5 derrotas, 2 empates, 1 victoria y 2 goles, argumentó que hubiera deseado hacer más pero la directiva y sus lacradas lo impidieron.

Toros Neza descendió el Verano ’00 y desapareció en las categorías inferiores. Bebeto jugaría después en Japón otros ocho partidos en dos años y marcaría un gol, luego en Arabia Saudita participó en cinco, igual, con un gol. Directivas, supongo. Hoy en día Ricardo Gama tiene una fundación caritativa, representa jugadores y hasta fue técnico del América do Río de Janeiro, aunque a principios de año fue removido del cargo. Si le preguntas de Toros Neza en la actualidad, mantiene lo que ha dicho siempre No llegué para jugar solo, tenía a mis compañeros y los necesitaba y no les pagaban, hacía meses que no recibían el dinero. De México prefiere recordar que aquí fue campeón del mundo en el Estadio Azteca, contra Argentina, en el torneo Sub-20 de México ’83.

Por si se quedaron con ganas de ver acción les de jo un video; donde se hizo grande, contra Holanda en E.E.U.U. con un golazo y esa celebración famosa que en México nunca vimos.

Antes de central caminonera, fue estadio y antes de eso, panteón.

Hoy en día jugar de noche es lo más común del planeta, tanto así como el tráfico en horas pico, pero obviamente no siempre ha sido así. Para 1937, año de la expropiación petrolera, el presidente Cárdenas revisó también las concesiones a las compañías de luz, pues en una población de más o menos trece millones de mexicanos, sólo tenían acceso a la energía eléctrica ocho millones. Aquella revisión no culminó sino hasta el decreto de nacionalización de la electricidad de 1960 y bueno, ya todos sabemos en que va aquello.

Aún así el primer juego bajo luz artificial del que encontré memoria fue en 1933, en el ya desaparecido Estadio Municipal de la ciudad de Guadalajara, donde ahora se ubica la Central Camionera. Fue por tanda doble el 5 de febrero de ese año y enfrentó a dos extintos precursores del futbol tapatío, el Club Buen Tono y el Club Correos, que terminaron empatados a un gol, según las crónicas del periódico local El Informador . Luego de aquel encuentro salió al campo el equipo Universitario de la UdG contra el Reforma de la PRJ, que quedó 1-0. Sobre ese partido uno de sus participantes, el Licenciado Rivera Castrejón, recuerda:

Como nunca se había jugado un partido nocturno, llevaron dos balones; uno pintado de negro y otro de blanco, para ver cual se veía mejor. Comenzaron con el negro; no funciono, lo cambiaron y terminaron con el blanco. (Revista Leones Negros, 1978).

Cabe mencionar que la iluminación del estadio en esos años se hizo con los medios y luminarias que estaban al alcance y que se pretendía, sirviera para llevar a cabo no sólo partidos de futbol sino otros deportes. Pero no habían previsto la lluvia (febrero loco, marzo otro poco) o más bien la tecnología no era la adecuada, pues al medio tiempo del segundo partido el agua que caía comenzó a fundir y a reventar los focos nuevos, por lo que muchos de los espectadores estacionaron sus automóviles en la contracancha (que era muy amplia) para que el partido pudiera terminarse a la luz de los faros.

Así quedó en la historia lo que parece ser fue el primer partido nocturno en México, o por lo menos de Guadalajara, en donde vieron acción jugadores de los años amateur como José El Títere Guzmán, José La Changuita González, José El Pepino García Solis, Gabriel La Coyota Sánchez o Antonio Gómez Luna, quien fuera presidente del Atlas. Por cierto, dicen que la modernidad se expande a pasos agigantados, pero no tanto, apenas este año el Pachuca jugó su primer partido nocturno en el Estadio Hidalgo.

♪ Con el apagón, que cosas suceden, qué cosas suceden, con el apagón ♪

Fashionista, le decimos hoy.

En la época de los setentas el club de la Universidad Nacional se separó de la misma casa de estudios en lo que se refiere a su mantenimiento y renació como sociedad civil, ese cambio alivió a la escuela de gastos y le permitió a los pumas hacerse de recursos como el resto de los equipos. Con dicha transformación empezaron a llegar títulos y figuras, en aquellos tiempos arribaron el máximo artillero de todos los tiempos Cabinho, su compatriota Spencer Cohelo, el peruano Juan José La Cobra Muñate y el nacional Leonardo Cuellar.

Éste último se convirtió en toda una figura del balompíe nacional, era el favorito de los medios y para el primer título de copa -1975- era ya el alma de medio campo tras haber jugado apenas 5 años. Siendo un dínamo en la ofensiva y un jugador altamente creativo, ayudó también a ganar el trofeo campeón de campeones del mismo año y el primer campeonato de liga universitario en la 76/77 (que no se celebró en casa para apoyar una de las huelgas estudiantiles de los setentas). Incluso años antes del mundial de Argentina ’78 ya se consideraba un experimentado mediocampista con roce internacional, pues había jugado los olímpicos de Munich ’72 en los que marcó dos goles.

Duelo de cabelleras

A su debut era un jugador tímido de pelo corto, pero para cuando consiguió aquellos títulos ya lucía una inolvidable cabellera afro, estudiaba en la Universidad y era el jugador más cotizado del campeonato. Su impresionante estilo de juego y su estilo de vida eran tal para cual; se casó con una americana llamada Tammy que conoció en Acapulco, tuvo un negocio de ropa moderna en aquel puerto, tenía en su casa de San Jerónimo diez perros afganos (dicen que cada perro se parece a su dueño) un chow-chow, un gato siamés y una leona. Aún siendo tomado por poeta y loco su trato con los medios era ideal, pues daba entrevistas con calma y sinceridad, aunque siempre con una visión ganadora y sin pelos en la lengua, de tal forma que se convirtió en la principal insignia de la selección mexicana rumbo a la justa mayor. (Incluso hoy en día es el símbolo del blog hermano Queridos Futbolistas, por ejemplo).

Para ese mundial la prensa estaba por primera vez emocionada con la posibilidad de obtener un buen resultado, pues apenas la selección acababa de obtener el subcampeonato del juvenil de Túnez y había arrollado a todos los rivales de la zona en las eliminatorias, lo cual era un gran logro, luego de que El Tri hubiera sido eliminado en esa misma región para la pasada copa de Alemania ’74. Además contaba con otras figuras como Alfredo Tena, Victor Rangel o el novel delantero Hugo Sánchez. Así la selección llegó a Argentina con un sorteo que en ese entonces ya se consideraba bueno (Alemania, Polonia y Túnez) pero regresó con 12 goles en contra y 2 a favor, posicionado en el vergonzoso último lugar del torneo.

Decepcionados, medios y aficionados buscaron culpables y la figura de Cuellar se debilitó. Aún así jugó la 78/79 y su equipo llegó a la final contra Cruz Azul, aunque no alcanzó el titulo. Tras esos dos traspiés y un coqueteo con el Atlético de Madrid que no se concretó, Leonardo emigró a Estados Unidos, en ese entonces a la NASL, en la que compartió liga con míticos como Cruyff, Pelé y Beckenbauer. Allá fue figura de los San Diego Sockers y llegó a la final de conferencia en las tres temporadas que militó, pero en los medios nacionales su partida fue considerada como un auto-exilio luego del estrepitoso fracaso nacional, aunque bien es cierto que en una entrevista previa al ’78 el mismo dijo:

(…) El plan es irnos juntos a los Estados Unidos (él y su esposa) (…) después del mundial de Argentina. Todo dependerá de la actuación que tenga con la selección mexicana y de las ofertas que pudieran escucharse. (Revista Leones Negros, 1978)

El que no lo ubique ...

Luego de tres temporadas volvió a México, tentado por los casi recién ascendidos Atletas Campesinos de Querétaro para la 81/82, la última que vivió aquel equipo que en la camiseta portaba un tractor que parecía publicidad, en una época en que aquello estaba prohibido. El club se mudó a Tampico luego de aquel torneo y Cuellar se volvió a los EEUU, ahora con los San Jose Earthquakes hasta 1985, cuando ya serían llamados Golden Bay Earthquakes. Allá combinó sus esfuerzos con el futbol de salón y el tradicional, que en esos gringos días iban de la mano. Cuando la liga se disolvió en el ’85 pasó un último año profesional por los San Jose Nomads durante la temporada ’86 de la también extinta WSA y finalmente colgó los botines.

Allá, en el vecino del norte, Cuellar no perdió nunca su tono estrafalario y también es recordado por los cuatro o cinco fanáticos del futbol soccer norteamericano de los ochentas como El León de la Metro, por su parecido con el felino de la casa productora Metro Goldwyn-Mayer, apodo que se ganó en México junto al de Cyrano de las Canchas, en referencia a su nariz. Ambos motes le fueron otorgados por el grande -y ya fallecido- comentarista Ángel Fernández.

En los Sockers con un brother y Hugol, que allá jugó también.

Su exilio duró muchos años más y Leonardo se quedó a vivir en la hippie California, donde completó estudios en psicología y trabajó catorce años entre la Universidad Internacional de San Diego, la Universidad Estatal de California y el club de soccer Flyers, dirigiendo equipos juveniles de las ramas femenil y varonil. Así, en el lejano 1998, se le rescató y se le ofreció el puesto de seleccionador femenil para el cual presentó en ese entonces, un ambicioso proyecto que pretendía mejorar la especialidad al cabo de doce años, los cuales se cumplieron hace un par de meses. Si lo ha logrado o no, se los dejo a su criterio.

Lo que es cierto es que la selección de mujeres que antes era menos que amateur ha asistido a un sólo mundial en ese periodo pero ha conseguido en cambio; presupuesto, dos cuartos de final en competencias internacionales, tres medallas de plata y tres de bronce en competencias americanas. Extravagante como polémico, Leonardo ha tenido algunos coqueteos con la Primera División y peleas con todas las grandes figuras femeniles a su cargo durante este mandato que ya parece porfiriato, dígase Fátima Leyva, Maribel Domínguez o recientemente Charlyn Corral. Genio y figura hasta la sepultura, dicen.

Aunque esto es parte de la sección de anécdotas, porque supongo que todos sabíamos qué fue de él, les dejo un video mudo de su época en Pumas, un gol que hace al centrar* y en el que se alcanza a mirar su explosividad desde el círculo central, además de su natural frenesí al festejar.

Ya en serio: ¿me estoy pasando de largo en estos artículos? Hablen ahora o … mañana o pasado, que este blog es suyo, siempre.